
Cómo saber si el pescado de río es fresco
Los ojos en el pescado fresco están voluminosos, y la pupila es negra y refulgente. La piel debe tener un color vivo. Las agallas tienen que tener un color colorado o rosa profundo, y un aspecto limpio y refulgentes. Si el pescado tiene escamas, estas han de estar adheridas a su cuerpo.
Llega el calor y, con él, el temor a que las comidas pierdan la cadena de frío o no sean frescas. En el momento en que se habla del pescado, el peligro es altísimo por el tipo que pasa desde el momento en que se pesca hasta el momento en que se come. Lucas Cioffi de la histórica pescadería El Delfín, situada en Barracas, ofrece estos consejos y consejos para comer siempre y en todo momento el pescado fresco.
De qué forma ver en el momento en que el pescado es fresco en piezas enteras:
Consejos para admitir el pescado fresco
Lo idóneo sería tener una pescadería de seguridad, donde sepamos que el pescado que nos venden es fresco y de calidad. Los consejos de los mayores asimismo nos sirven y seguramente mucho más de uno oímos consejos como este: “Fíjate bien en los ojos, si el pescado es fresco, estos no van a estar hundidos ni secos”
- Las bandejas de exposición en las que está el pescado habrán de estar inclinadas y cubiertas con hielo a fin de que el pescado se sostenga fresco y jamás habrá de estar expuesto al sol. Para nosotros esta regla es escencial, la calidad del pescado es lo primero.
- Los ojos del pescado habrán de estar refulgentes y saltones. En el momento en que los contamos en las manos, de lo frescos que están, semeja que tienen vida.
- Las agallas van a ser rosadas y la piel refulgente, en caso contrario no va a ser señal de lozanía. ¡Lo disponemos claro!
- El pescado debe desprender un fragancia natural, si nos ofrece mal fragancia, no es fresco.
- La carne del pescado debe ser estable sin que se hunda con la presión del dedo o se marque la huella. El que entra en nuestra cocina tiene todas y cada una estas peculiaridades.
- Tanto las escamas como las espinas no se desprenderán con sencillez y van a estar pegadas a la carne, como todo el pescado que llega a Lugar de comidas Lantana.
Por qué razón consumir pescado fresco de acuicultura
Hay varios mitos en torno al pescado, al pescado fresco o al pescado de acuicultura. Lo verdaderamente esencial es comprender que el pescado de acuicultura fresco tiene todas y cada una de las garantías y características alimenticias para ayudar a la salud de la gente, y, además de esto, su cultivo pasó por procesos que velan por la sostenibilidad de los mares, ríos y su ecosistema.
Además de esto, las características del pescado fresco de acuicultura son múltiples; desde provecho para el sistema cardiovascular particularmente, como un aporte prominente de proteínas, vitaminas, ácidos grasos, omega 3 a nuestro cuerpo. Una enorme virtud de los pescados frescos de la acuicultura de españa es que llegan en menos de 24 h a los puntos de venta, lo que provoca que todas y cada una estas características se contengan en el momento de su compra y consumo. En lo que se refiere a la manera de cocinarlo, las fórmulas y recetas de pescado fresco de acuicultura son infinitas. Desde al horno, pasando por las brasas, pescados como la trucha o la corvina de acuicultura te ‘van a saber espectacular’. Asimismo al horno o a la sartén, como el rodaballo o la lubina.
¿Salvaje o de granja?
La sostenibilidad es la otra sección de la ecuación en el momento de calcular el pescado mucho más saludable, tanto para la salud personal para la salud de las ciudades de peces y el mundo por norma general.
"Hoy día, hay fuentes ambientalmente sostenibles tanto en el lado salvaje como en el de piscifactoría", asegura Santi Roberts, directivo científico de la organización Seafood Watch del Acuario de la Bahía de Monterey.
Fragancia a mar
O a río o a laguna. Lo esencial es que el pescado refleje en su aroma el ambiente saludable en donde medró. Opuestamente a eso que se cree, un pescado no atufa salvo que se esté descomponiendo por la acción de las bacterias, y esto solo pasa en el momento en que el pescado no es fresco o tiene algún nivel de descomposición.
Ni dura, pues no está congelada, ni aguada, por el hecho de que hablamos de carne. Una forma rápida de revisar su solidez es apretar los costados sustanciosos del pescado y asegurarse que vuelvan de manera rápida a su situación original o un “masaje” corto que nos deje revisar su solidez.